viernes, 26 de noviembre de 2010

La fauna

La fauna antártica se compone de pingüinos, aves voladoras (gaviotas, gaviotines, albatros, palomas, cormorán antártico, etc.), focas, ballenas, orcas, cachalotes, así como un gran número de peces óseos. Ningún animal vertebrado habita de manera permanente en la Antártida; abunda, sin embargo, el krill, crustáceos marinos muy pequeños, similares a quisquillas.

La fauna, por lo tanto, es muy escasa en el continente propiamente dicho, pero abunda en el océano que lo enmarca; de esta manera, tan sólo el pingüino Emperador ha logrado adaptarse a las extremas condiciones climáticas que se desarrollan sobre el continente. Las demás especies animales, como son las focas, aves y otros tipos de pingüinos, tienden a concentrarse en la zona costera, libre de hielo durante el corto verano. Sin embargo, con la llegada del invierno emigran desplazándose sobre el casquete de hielo que se forma al congelarse el mar adyacente al continente; dichos procesos de congelación del agua marina hacen que en invierno la superficie de la Antártida pase de 14.000 a unos 30.000 km2.


Aunque los pingüinos, también conocidos como pájaros bobos, son abundantes, sólo se ha podido adaptar de manera permanente el Emperador; los demás (Barbijo, Adelia, Papua, Rey o Real, etc.) sólo logran permanecer sobre el continente en los oasis antárticos costeros que se desarrollan durante el verano. La base alimentaria de éstos se basa en el krill, un pequeño crustáceo del orden Eufausiáceos, similar a un camarón y muy abundante en las aguas del océano Glacial Antártico; también forman parte de su dieta los peces y los calamares.


La flora

La Antártida se caracteriza, además de por su configuración helada y por su clima extremo, por la presencia de una clara pobreza biológica. Hay pocas plantas que logren sobrevivir en este continente; no hay árboles y la vegetación se limita a entre unas 300 y 350 especies aproximadamente.

La flora antártica se encuentra influenciada por la adversidad del clima y por los largos periodos de oscuridad que predominan a estas latitudes; estos factores son muy poco favorables para el desarrollo vegetal, por lo que las especies vegetales que han conseguido colonizar el denominado continente helado son, esencialmente, líquenes. De esta manera, los líquenes, constituidos por un hongo y un alga ficobionte, se han convertido en los vegetales mejor adaptados a estas condiciones; el hongo se encarga de mantener la hidratación y el alga de añadir el hidrato de carbono sintetizado que servirá de alimento. Los líquenes son muy diversos: Fruticulosos, Epiféticos, Foliosos, Crustáceos, etc. También es muy diversa su tonalidad, ya que muestran tonos desde amarillentos hasta negruzcos. Además, el liquen es un vegetal intensamente sensible ante la contaminación ambiental por lo que numerosos biólogos lo emplean como claros indicadores de degradación ambiental.

En la Antártida las plantas espermatófitas (o fanerógamas) son mas bien escasas y destacan el pasto antártico, también conocido como Deschampsia Antarctica y el clavelito antártico o Colobathus Quitensis. Éstas se localizan en los dominios más protegidos frente a las inclemencias del clima, esencialmente del viento.

Los hongos también son relativamente abundantes y diversos. Existen unas 75 especies y tienden a desarrollarse durante la breve estación estival; predominan los Basidiomicetes. El musgo, por su parte, junto con las hepáticas, conforman el grupo de las briofitas; éstas colonizan gran parte de las islas antárticas formando una cubierta típica de césped sobre las suaves llanuras litorales o sobre los montículos más elevados.

Las diversas especies se dispersan desde las cercanías al Polo Sur (en los picos sin hielo, más conocidos como nunataks) hasta las islas subantárticas. En el dominio oceánico antártico que enmarca al continente, aparece una alta diversidad de algas marinas aunque también existen algas terrestres, tales como la Prasolia Crispa o las comúnmente conocidas como Algas de las Nieves.

Los icebergs

Las plataformas de hielo de la Antártida se alimentan de los glaciares del continente, y por ello tanto las plataformas como los icebergs resultantes están constituidos por agua dulce helada. El glaciar más grande de la Tierra, el Lambert, en la mitad oriental del continente, tiene 40 km (25 millas) de ancho y más de 400 km (248 millas) de longitud.

Los icebergs gigantescos son un rasgo único de las aguas antárticas. Se forman cuando inmensos trozos de hielo se separan de una plataforma glacial, un acantilado o un glaciar, proceso que se conoce como desprendimiento. Los icebergs pueden ser asombrosamente grandes; un iceberg que se midió en 1956 tenía 335 km de longitud (208 millas) y 97 km (60 millas) de ancho y se estimó que contenía agua dulce suficiente para satisfacer las necesidades de agua de Londres, Inglaterra, durante 700 años. Normalmente, sólo el 10-15 % de un iceberg emerge sobre la superficie del agua. Cuando estos icebergs se separan del continente, la nevada añade hielo nuevo al continente.


En general, los icebergs fluyen hacia el norte y, si no quedan atrapados en una bahía o en una cala, alcanzan la convergencia antártica, que es el punto del océano en el que las aguas antárticas se encuentran con aguas más cálidas. En este punto, las corrientes oceánicas suelen arrastrar los icebergs de oeste a este hasta que se funden. Un iceberg medio tarda alrededor de 7 años en fundirse.

La Antártida

La Antártida o Antártica, que se extiende en el extremo sur del mundo, es el continente más frío, más seco y más ventoso. El hielo cubre el 98 % de la tierra, y sus 13.209.000 km2 (5.100.000 millas cuadradas) cubren prácticamente la décima parte de la superficie de la Tierra.

El nombre Antártica proviene del vocablo Arktikos que significa ´Osa Polar´ en referencia a la constelación del hemisferio norte, mientras que Antarktikos hace referencia a la constelación opuesta a la Osa Polar, es decir, a la constelación del hemisferio sur, que es donde se encuentra el continente.


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jueves, 25 de noviembre de 2010

Historia Bio Las Palmas

Buque de Investigación Oceanográfica Las Palmas

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HISTORIA - B.I.O. "Las Palmas"
El Comandante y dotación del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) “Las Palmas” te dan la bienvenida a bordo. A través de esta pequeña página esperamos que nos conozcas un poco. Qué hacemos en la Antártida cada año, como lo hacemos, con qué medios contamos y quienes somos.
El buque de investigación oceanográfico “Las Palmas” está íntimamente unido a la historia de España en el continente helado.
El buque fue construido en Santander en 1978 por los Astilleros del Atlántico.
En 1982 fue adquirido por la Armada, que lo dedicó a misiones de salvamento, remolque, vigilancia marítima, ejercicios, auxilio en zonas catastróficas, lucha contra la contaminación del mar, apoyo a la flota pesquera española, etc.
El Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) “Las Palmas” fue el primer buque español que participó en misiones científicas en la Antártida, concretamente durante los años 1988 y 1991, antes de que entrara en servicio el BIO “Hesperides”. En la actualidad participa anualmente, en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC), en la Campaña Antártica Española que desarrolla el Comité Polar Español.
En el año 1999, el buque fue sometido a importantes obras de modificación para cumplir escrupulosamente con la protección del medio ambiente, de acuerdo a lo estipulado en el Tratado Antártico.
El “Las Palmas” depende directamente del Almirante Jefe de la Fuerza de Acción Marítima, con sede en Cartagena, y representa otra muestra más de la contribución de la Armada a la Acción del Estado en la mar.
El buque cuenta con una dotación de 36 personas y desde abril de 2004 tiene su base en Cartagena (Murcia).